[spa] La muerte es un concepto multidimensional (biológico, filosófico, religioso, espiritual…)
sobre el cual lleva reflexionándose desde los inicios del pensamiento humano. Además,
su percepción es multifactorial, viéndose influenciada a nivel holístico por multitud de
aspectos (cultural, social, familiar, personal…).
La concepción nuclear sobre la muerte, en un estudiante recién comenzado la carrera,
es básicamente heredada. Sin embargo, su visión evoluciona durante la formación
debido a las variables circunstanciales de su desarrollo vital y a la incorporación de
nuevos conocimientos y experiencias que conforman su aprendizaje.
Este estudio descriptivo refleja la valoración actual sobre la muerte de los estudiantes
matriculados en la Universitat de les Illes Balears (UIB), alumnos de primero y sexto de
medicina. A partir del análisis de las encuestas realizadas se han establecido los patrones
o experiencias que más influyen en el desarrollo de la visión, aceptación, abordaje y
gestión de la ansiedad ante la muerte. Los resultados señalan que, en los alumnos de
primero, las experiencias vitales cercanas a la muerte y el diálogo con familiares y amigos
constituyen la base de las herramientas personales para hacer frente a la muerte. En
cuanto a los alumnos de sexto, la formación académica, el diálogo sobre la muerte con
profesionales y pacientes, y la práctica clínica en relación con la muerte, son los factores
de mayor impacto. No obstante, todas estas exposiciones sin la tutorización adecuada, y
sin el apoyo de una formación reglada, son fruto de ansiedad en el estudiante, resultando
en discomfort hacia la práctica de cuidados paliativos, una actitud esquiva ante la muerte
y la afectación de su salud mental.
Otra parte del estudio está enfocado al análisis del miedo a la muerte, teniendo en
cuenta diferentes factores sociobiográficos. Se concluye que ser hombre, mayor,
religioso y tener formación en la muerte son factores protectores frente a la ansiedad y
el miedo. Por otro lado, las preocupaciones principales de los estudiantes son la pérdida
de un ser querido, no poder comunicarse más con él, y el dolor y soledad que pueda
sufrir durante su proceso de morir.
Por último, el estudio ahonda en las nociones relacionadas con la calidad en el proceso
de morir. Las inquietudes más valoradas han sido: la soledad en la muerte, una deficiente
relación paciente-familiar-médico, el mal control del dolor, la incapacidad de comunicar
malas noticias u ofrecer limitación del soporte vital.
Los resultados de este estudio revelan una transición positiva en el juicio sobre el final
de la vida a medida que el estudiante completa su currículum académico. No obstante,
los alumnos de sexto perciben la enseñanza como incompleta, pudiendo mejorarse
mediante una formación especializada en la muerte. Para ello, es esencial aumentar las
habilidades prácticas, incluir el manejo guiado de las emociones ante situaciones de
muerte, que se establezcan diálogos clarificadores con tutores y profesionales sobre las
experiencias vividas, y elevar la autoconsciencia y autocuidado en el estudiante.
Asimismo, recuperar las humanidades de la ciencia e indagar en las múltiples
dimensiones que envuelven la muerte (budismo, mindfulness…) permite al estudiante
ampliar su autoformación y disponer de múltiples herramientas para afrontar con
calidad situaciones de últimos días.