[spa] En el contexto laboral actual, la formación de formadores desempeña un papel crucial en el
desarrollo y fortalecimiento de las competencias y habilidades de los profesionales. El perfil
del formador de formadores está compuesto por toda una serie de competencias
(profesionales, pedagógicas, tecnológicas, sociales y personales y conocimientos sobre el
mundo empresarial) que le van a permitir desarrollar toda una serie de funciones (formativa,
organizativa, evaluadora…) y que van a implicar la necesidad de que el formador/a disponga
de toda una serie de saberes: el saber (conocimientos); el saber hacer (técnicas y
procedimientos); el saber y estar (actitudes); y para mí, el más relevante, el saber desaprender
(curiosidad, adaptación al cambio, innovar…).
Al iniciarnos en el mundo laboral, nos enfrentamos al primer proceso formativo en la
organización, que es el proceso de acogida en una empresa, también conocido como proceso
de incorporación o onboarding. En este, los primeros pasos serán cruciales, así como la
formación que se recibe y de qué forma. Es necesario contar con un equipo de formadores
preparado para poder acoger a las nuevas incorporaciones en la organización y así facilitar la
transición del empleado hacia su nuevo rol y entorno de trabajo, integrarlo adecuadamente en
la cultura y estructura de la empresa.