Entre los siglos VI y II a.C. diversas embajadas viajaron de Cartago a Tiro para llevar a cabo ofrendas al templo de Melqart. Los componentes de estas delegaciones son definidos por Flavio Arriano como θεωροὶ según el marco conceptual griego, por lo que nos encontraríamos ante legados de naturaleza sagrada. Esta idea, unida a diversos hallazgos epigráficos que hacen alusión a personajes que entre cuya titulatura aparece 'resucitador del dios', induce a considerar que tales comisionados fueron en realidad los representantes del estado púnico en la famosa ἐγέρσις tiria. Un análisis comparado de las fuentes literarias y arqueológicas que poseemos en la actualidad pretende arrojar algo de luz sobre estas cuestiones.