[spa] Muy bien ha sintetizado Ana Cecilia Ballerstaedt en su ensayo platónico publicado en Rencensión (n. 11): La distinción entre Ideas y sensibles es una transversal indudable en la obra de Platón. Su pensamiento se encuentra en más de un sentido fundamentado en ella, y en los diálogos, sobre todo los llamados “de madurez”, el tema es recurrente. Textos como el Fedón y el Fedro desarrollan la teoría de las Ideas o Formas, que pone a la vista la existencia de una realidad superior a la corriente, es decir, de una profundidad ontológica mayor. Esta otra realidad pertenece al reino de lo inteligible, que, a diferencia del sensible, es diáfana y aprehensible al entendimiento. Dicha disparidad no impide que Platón vincule estas dos nociones en sus argumentaciones. Al contrario, las integra y tematiza paralelamente, a veces de un modo implícito, otras más bien explícito, dependiendo siempre del contexto en el que se encuentren al momento de su desarrollo.