[spa] Nuestra sociedad ha sufrido constantes cambios a lo largo de la historia como un mecanismo
natural de evolución necesario. Hemos llegado a un periodo en el que esto sucede con
una frecuencia y velocidad más acelerada de lo acostumbrado y el proceso de adaptación
está sucediendo “a trompicones”. Las tecnologías avanzan muy rápido y lo mismo que reportan
beneficios al desarrollo de habilidades en el niño pueden convertirse en un potencial
factor psicopatogenizante cuando su uso es indebido (Echeburúa, 2010). La prevalencia
de las tecnologías digitales (tabletas y teléfonos inteligentes) son una característica de la
vida cotidiana de las familias y, por tanto, de los menores (Griffith y Arnold, 2019; Pham y
Lim, 2019; Romero-Tena et al., 2019). Muchos estudios plantean que un uso inadecuado,
abusivo o de riesgo de estas herramientas no está exento de problemas para aquellas
menores que han hecho de su uso una necesidad constante de forma que llega a interferir
en el cumplimiento de las obligaciones de su vida diaria y convertirse en “adicción” a consecuencia
de su abuso (Terán, 2019).